Cine
La Decisión De Partir, una amarga e imperdible historia de amor
Llega a salas mexicanas la cinta nominada a mejor película extranjera en los Golden Globes, La decisión de partir.
Mientras occidente siga fascinado por la cultura pop coreana, los cinéfilos podemos disfrutar como títulos que solían ser ignorados por las distribuidoras, son traídos a México para conseguirse una rebanada del éxito. La decisión de partir es la nueva cinta dirigida por el gran Park Chan-wook autor de la trilogía de la venganza y obras maestras como Thirst, I’m a Cyborg, but That’s Ok! y The Handmaiden en una nueva exploración a su mayor musa: el amor.
Una visión cínica, atormentada y pasional, elementos que han acompañado siempre al director, pero sin dejar atrás un toque de suspenso donde entran estupendos elementos de cine negro. No por nada fue nominada a Mejor Película Extranjera en los Golden Globes y no dudemos, ahí estará en el Oscar, incluso en varias categorías.
La decisión de partir: “matar es como fumar. Sólo la primera vez es difícil”
Hae-jun es un detective con severos problemas de insomnio, quien vive apartado de su esposa, la trabajadora de un reactor nuclear, a quien solo ve una vez por semana.
Tras recibir el caso de un ex agente de inmigración que fue encontrado muerto al pie de una montaña, la investigación apunta a que Song Seo-rae, su bella esposa de origen chino, es la principal culpable. Sin embargo Hae-jun cae perdidamente enamorado de ella y la investigación, así como su vida, cae en un repentino caos adornado por la ilusión de un amor imposible.
Park Chan-wook entiende y plasma a la perfección cada faceta del enamoramiento en La decisión de irse. El encuentro acelerado, la torpeza inicial, la ternura, la forma en que nos cambia la vida de manera involuntaria. Al principio, el detective maneja lento, apesadumbrado en camino a su esposa. Tras conocer a Song Seo-rae, toma la carretera a toda velocidad solo para verla unos minutos.
Pero este romanticismo pronto se torna en obsesión, una necesidad para sentirse completo en ambas partes y el gran encanto de ver esta relación, es la ruptura de algo que nunca se dio, un beso perdido en un bálsamo labial. Nada mejor que ser acompañado por la muerte como un tema recurrente de la película y como aún en esta, existe otra perspectiva por conocer.
En el sentido narrativo, Park Chan-wook creo una película al estilo del Hollywood clásico de los 40, con gratos elementos de cine negro. Mientras el melodrama del detective intentando dar una razón a su vida sigue su marcha, el suspenso a la Hitchcock se apodera gradualmente de la trama tras el temor de ser descubiertos. No es solo la obsesión amorosa: hay una traición a los ideales como policía y un remordimiento de fallar a su esposa.
Hae-jun es un hombre con demasiadas aristas por reflexionar. Desde el estrés laboral que acarrea con cada caso, la monotonía de un matrimonio a distancia… La única catarsis en su vida es cocinar, solo ahí se siente en control de todo.”Necesitas de la violencia para sentirte vivo”, le comenta su esposa. Él ríe, pero hay un obvio nerviosismo. Ya ni como ayudarle.
La chica toma un rol de femme fatale, entre la perdida del sentido a un lenguaje ajeno al suyo y una moral ambigua que lleva a cuestionar cada acción. Es el arquetipo de amar ser este objeto del deseo, inalcanzable, pero desechar a quien no le sirve. Una genialidad.
Mientras el guión enorgullecería a Raymond Chandler, el director se da el lujo de manipular el montaje en secuencias únicas. Los flashbacks están creados de una forma muy inmersiva para los protagonistas, jugando dos tiempos distintos en un mismo espacio a través de una idea compartida. Al principio tal vez le costará trabajo a algunos darle esta lectura pero es uno de los detalles definitorios para disfrutarla.
Quizá lo único que demerite a La decisión de partir es la falta de sorpresa en la última parte, en especial si se han visto los demás trabajos de Park Chan-wook. Pero, ¡no importa! Es indispensable dejarse llevar por el deprimente destino de ambos.
Conclusión
La decisión de partir es amarga pero brutalmente honesta sobre la naturaleza del amor, tan impredecible e impulsivo. El impacto es mayor gracias a las excelentes actuaciones de todo el elenco, junto a uno de los mejores trabajos de fotografía de su carrera (en especial la presión que da a cada personaje a cuadro).
La secuencia final es uno de esos momentos que jamás olvidarás, tal como el resto de su filmografía y con una trágica similitud a Thirst. Corre a verla, ahora mismo.