Big Rumble Boxing: Creed Champions, un juego al que le faltó entrenar

Es curioso que este título haya llegado en estos momentos a mi vida. Hace un par de semanas, recordaba con nostalgia aquella época a inicios de los 2000 donde hubo títulos de box para todos los gustos, desde los simuladores más serios hasta las arcade caricaturizadas. Big Rumble Boxing: Creed Champions, no solo busca llenar ese vacío pugilístico, sino apelar a la nostalgia de los fans de la saga del Semental Italiano. Así es, aunque se proclame como un título del “mijito” de Apollo Creed, sabemos cual es el verdadero gancho (prometo será la última referencia al box): la nostalgia hacia los clásicos personajes de los filmes estelarizados por Stallone.

La serie de Rocky nunca ha sido del todo relevante en el mundo gamer. El mejor esfuerzo llegó en 2004 para PS2 y Xbox con Rocky Legends, obra con gran producción y buen gameplay pero pobre en opciones. Survios, desarrolladora de este estreno disponible a partir de hoy en PS4, Xbox y Switch, tomó la franquicia desde 2018 y su primer trabajo fue un juego que no muchos pudimos probar, Creed: Rise to Glory, creado solo para VR. Pero ahora con Big Rumble Boxing, el estudio optó por un estilo totalmente arcade; accesible para tomar en cualquier momento e ideal para las fiestas de ochenteros de corazón.

Este Stallonesco título tiene varios elementos a favor. De entrada, se nota que a pesar del nulo presupuesto, los creadores lograron plasmar lo más posible su amor por la franquicia. Así, escuchamos en ocasiones el tema compuesto por Bill Conti, “Eye of the Tiger” (aunque no hay “Burning Heart”, tache ahí) y vemos a los clásicos peleadores que se ganaron nuestro corazón desde hace décadas: Drago, Clubber Lang, Apollo y Rocky, cada uno con imitadores decentes al momento de la actuación de voz.

El estilo de juego recuerda demasiado al hit Ready 2 Rumble, que seguro muchos probaron en N64 o Dreamcast. Acción rápida, sencilla e incluso con ataques especiales para cada uno. Los controles podrás dominarlos con facilidad, en especial si eres jugador empedernido de títulos de pelea pues se guía bajo los conceptos básicos de “media vuelta a la derecha más golpe fuerte”, etc. Cuando logras conectar suficientes golpes, tendrás la oportunidad de dar un ataque especial con un simple toque del L2 (muy Smash Bros.) para causar gran daño en tu rival. Cada uno cuenta con distintos atributos, los cuales notarás en tema de resistencia y velocidad. Enfrenta a Apollo contra el hijo de Drago y lo notarás.

Donde pasarás más tiempo es en el modo arcade donde elegirás a alguno de los personajes disponibles al inicio porque, alabado sea, aquí desbloqueas personajes y atuendos jugando y no desembolsando más dinero con DLC… Por ahora. Entre peleas, tendrás conversaciones de cada peleador, algunas divertidas aunque no dejan de verse tristes por la falta de diálogo hablado y recaer un recurso tan viejo como las cabezas flotantes.

También tendrás la oportunidad de participar en pequeños minijuegos de entrenamiento basados totalmente en ritmo (nada que ver con los botonazos al azar del título de Sega Master System). Al final no aportan mucho más que una distracción menor.

Entonces, si la base es buena y hay su sana dosis de nostalgia, ¿por qué la calificación tan baja? El problema es que es un juego del 2021 y se siente de hace 20 años. A pesar de contar con el apoyo de MGM, posee unos valores de producción, gráficos y presentación terriblemente básicos. Ni que decir su descuidada dirección artística con detalles extraños que pronto son evidentes para cualquiera (¿reggeaton en México durante los 80? Ah caray).

No solo eso: también se vuelve aburrido demasiado rápido, a menos que recrees encuentros de fantasía con un amigo. No pude pasar más de media hora de juego continúo, pues las peleas, sin importar la dificultad, siguen la misma estrategia de defensa/ataque/ataque especial y repítase de nuevo.

Big Rumble Boxing: Creed Champions apela a los fans de las películas, pero incluso ellos dudarían al momento de pagar los 1500 del águila que aspiran por la versión en físico. En todo caso recomiendo conseguir el juego en una barata del Switch dentro de unos meses. Es un título para tomar por dosis cortas, perfecto para el modo portátil. De lo contrario, no hay mucho por celebrarle a este campeón. Le faltó que lo entrenara el Mickey.